FLUIDO CONTINUO DEL PENSAMIENTO
La práctica de la observación de los pensamientos tiene varias fases.
El fin de esta práctica es llegar a comprender la identificación que establecemos con ellos (los penasmientos) para posteriormente liberarnos de su influencia.
Primero retiras la atención de los sentidos externos, luego te concentras en un punto, esta práctica de forma continuada te permite alargar el tiempo de atención sobre el punto sin que nada externo ni interno pueda distraer y romper esa concentración, posteriormente, observador y observado se conectan hasta fundirse en la misma observación.
En el fluido continuo, el observador gira el ojo hacia si mismo consiguiendo olvidarse de si mismo. Ese fluido continuo no esta controlado por la mente, es la intuición la que se conecta al movimiento constante de la consciencia mantiniendose firmemente estable en el estado alcanzado.
Siempre estamos en el fluido continuo, de hecho somos el mismo fluido continuo, pero no nos damos cuenta porque los pensamientos, las emociones y las actitudes nos tienen absorbida la atención.
A veces podemos hacer, pensar y sentir todo a la vez sin que nuestra consciencia este partida, en un sitio o en otro, ni desarrollando ningún pensamiento, ni alimentando ninguna emoción, estamos conectados a ese fluido que se manifiesta en el todo sin esfuerzo ni intención. Son pocas las veces que conseguimos darnos cuenta de esa unidad de la totalidad de las partes.
Es difícil mantenerse en estados elevados de consciencia, normalmente entramos y salimos en momentos determinados de nuestra vida y la mayoría de las veces es inconsciente. Por otro lado no es una condición estar meditando para entrar en ese estado, ensimismarse y conectarse pueden suceder de forma espontanea.
Primero retiras la atención de los sentidos externos, luego te concentras en un punto, esta práctica de forma continuada te permite alargar el tiempo de atención sobre el punto sin que nada externo ni interno pueda distraer y romper esa concentración, posteriormente, observador y observado se conectan hasta fundirse en la misma observación.
En el fluido continuo, el observador gira el ojo hacia si mismo consiguiendo olvidarse de si mismo. Ese fluido continuo no esta controlado por la mente, es la intuición la que se conecta al movimiento constante de la consciencia mantiniendose firmemente estable en el estado alcanzado.
Siempre estamos en el fluido continuo, de hecho somos el mismo fluido continuo, pero no nos damos cuenta porque los pensamientos, las emociones y las actitudes nos tienen absorbida la atención.
A veces podemos hacer, pensar y sentir todo a la vez sin que nuestra consciencia este partida, en un sitio o en otro, ni desarrollando ningún pensamiento, ni alimentando ninguna emoción, estamos conectados a ese fluido que se manifiesta en el todo sin esfuerzo ni intención. Son pocas las veces que conseguimos darnos cuenta de esa unidad de la totalidad de las partes.
Es difícil mantenerse en estados elevados de consciencia, normalmente entramos y salimos en momentos determinados de nuestra vida y la mayoría de las veces es inconsciente. Por otro lado no es una condición estar meditando para entrar en ese estado, ensimismarse y conectarse pueden suceder de forma espontanea.
Ana Mª
Comentarios
Trnasmutando el naranja por el verde.
Trabajar el azul de la creatividad, el violeta de la gran intuición, y el blanco puro, para descentrase, expandirse y fundirse nos eleva en esos estados, que en cierto momento llamamos MAGIA.
Gracias.
Un abrazo.
Un abrazo Ana de un Gramatetense...
Juan Manuel
En este espacio estamos todos.
En cuanto a conectarse al flujo... tendemos a complicarnos demasiado, la meditacion no es una condicion, en realidad todo es mucho mas sencillo, la expresion del alma surge de forma natural y muchas veces sin buscarla, son las corazas las que nos impiden experimentarlo en todo su explendor.
Otro gran abrazo para ti.