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EL PELO DE SHIVA

Nataraja


En su multifacética iconografía, Shiva nos muestra entre otros aspectos, dos vías: La de la renuncia y la de la entrega… y el pelo parece tener una clave. Es el pelo un símbolo de sensibilidad y una manifestación de lo interno en los pensamientos y actitudes. El cabello es un conjunto de conectores que salen de la cabeza, receptores y emisores, anfitriones de las relaciones que nos relacionan.

Desde la perspectiva onírica soñar que nos falta pelo podría indicarnos que estamos olvidando algo y si nos soñamos despeinados quizá necesitamos reflexionar sobre la situación en la que estamos para saber con qué área de la vida está relacionado. Soñar con el pelo atado podría mostrar un estado de claridad mental y dirección de las ideas, o sí en el sueño destaca el pelo suelto posiblemente estemos irradiando pensamientos positivos y creativos… el tipo de peinado sean trenzas, coletas u otros determinan la manera de pensar que tenemos sobre un concepto.

La imagen de Shiva normalmente aparece con el cabello recogido y los discípulos seguidores del camino asceta se cortan el pelo con el firme propósito de no volver a ser un eslabón en la cadena de renacimientos. En el aspecto de Shiva como Nataraja su pelo aparece suelto y representa el aspecto femenino que mueve la energía de la vida, sus mechones se extienden y sujetan al círculo en llamas que simboliza el fuego sacrificial y la continuidad de los ciclos de muerte y nacimiento. Es en esta imagen que se nos enseña otro camino para los que de momento no están en este mundo para ser ermitaños. 

Aparentemente renuncia y entrega podrían formar parte de una única vía y así es en cierto  sentido. Uno puede renunciar al mundo y entregarse a dios o puede entregarse al mundo y  renunciar a dios, aunque la renuncia al mundo es también una entrega al mismo y en última instancia también supone una renuncia a Dios en el proceso de iluminación y libertad del Ser donde la esperanza y las expectativas también son abandonadas en el momento oportuno, no antes… por eso no suele servir empezar por la renuncia a dios pues son muy pocos los que consiguen esto último sin caer en la depresión y el sinsentido que este vacío supone. Pero independientemente de este desarrollo intelectual entorno a la entrega y renuncia destacamos en Nataraja la posibilidad de mostrarnos una vía iniciática sin ser un asceta que compagina la vida material y espiritual. 

Soñar con el acto de peinar el pelo manifestara una acción de reflexión que multiplicado por cada pelo o conexión que puede haber en la mente nos acerca un poco a todo el complejo de la cuestión sobre como conseguimos mantener el equilibrio en la contradicción de una misma línea que va en direcciones opuestas, y que va desde lidiar con las tendencias a la extroversión o introversión hasta las proyecciones femeninas y masculinas pasando por decisiones entre estar solo o acompañado, dedicar mi vida a esto o lo otro con todo lo que ello conlleva, o a la rubia, la morena y la triada…  Esta conciliación familiar de la humanidad entre el cielo y la tierra se consigue con la alquimia esotérica de las tradiciones. Consiste en un proceso interior de discriminación que separa para volver  a unir y baja para subir desvelando a la conciencia. 

La realidad de la vida está llena de sucesos importantes para ese importante individuo que olvida su parte mortal y temporal al mismo tiempo que se desconecta del espíritu.  Salvarnos del sufrimiento y ser feliz es posible si somos como niños, jugando y bailando como Nataraja cuando ejecuta la danza cósmica. Así es como Lila, la ilusión, representada en el demonio sobre el cual está apoyado, se revela como la luz en la oscuridad.

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